miércoles, 11 de noviembre de 2009

Confusión


Huyo de tu boca...tu boca que siento, me espera.
Ansiosa y dulce, perfecta y húmeda.
Y mi boca se esconde entre dos diosas blancas, tímidas y tiernas.
Mi boca te desea y a veces siente tu aliento,
antes de llegar a rozarla...
y mis diosas temblorosas le dan paso a tu impetuosa,
alegre y jugosa...alma inquieta y apasionada.
Tus manos vuelan hacia mí,
apresuradas y generosas.
Y tú crees que no me doy cuenta,
que finjo no verlas...
Te veo entero, desnudo y completo.
Te siento en mí,
vives en mí,
y te quiero.
Te quiero tanto que estoy asustada,
desarmada y sin planes de ningún tipo.
Te quiero tanto que no puedo dejarte solo en tu luz,
en mi luz...
Te quiero tanto, tanto, tanto, tanto...
y me siento tan confundida, tan abierta, tan desnuda!.
Sólo pienso en tu boca y en la mía,
sólo en ellas...
y en cómo pueden y desean amarse.
Apareciste fresco, sonriente y ...más pleno.
Y yo aparecí despistada, renaciendo y blanda,
como el capullo de rosa,
como el bebé durmiendo.
Y sigues insistiendo,
y yo sigo huyendo...
de tu boca,
de tu eterna boca.
La que deseo para mí,
sólo para mí...
sólo para ti.

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