sábado, 9 de octubre de 2010

Carta urgente

Luz de luces...
Luz de toda luz.
Luz que habitas en todos nosotros.
Luz que te escondes y juegas al escondite.
Luz compasiva.
Luz que bailas dentro de mí.
Luz de toda luz...escúchame...
Aunque sea suavemente, levemente, aterciopeladamente...muestra tu verdad, muestra la verdad a aquellos que viven en la ignorancia de lo que acontece en Gaia.
Muéstrala como el atardecer, lentamente pero sin pausa.
Muestra la verdad a los que tienen miedo,
a los que lloran y no saben porqué lo hacen.
A los que odian y odian y odian.
Pero sobre todo, gran luz que habitas en toda la existencia, acaba con mi odio, mi codicia, mi miseria, mis dudas, mi irresponsabilidad, mi mediocridad, mi ira, mi rabia, mi miedo...haz de mí lo que tengas que hacer, lo que sea mejor para esta humanidad infantil y ciega.
Conviérteme en aquello que busco, en aquello que reclamo, en aquello que violento a otros en ser, en aquello que vine a ser.
Dame la vida coraje que vine a cumplir. 
Que mi esencia quede impregnada en esta tierra gracias a la verdad que hay en mí.
Que la verdad sea revelada al mundo que escucha atento y humilde, que la verdad sea mi palabra y mi vida entera. Mi vida completa, mi vida integrada.
Aléjame de una vida falsa y cobarde.
Sana con el poder de tu grandiosa y majestuosa luz todas mis heridas aunque temas desintegrarme de golpe. Acaba con esta agonía de sentirme inservible, de sentirme nada en este planeta que tanto amo.
Haz que mi vida sea digna de ser vivida, de ser merecida, de representar a la bondad suprema, de ser quién soy, quién soy verdaderamente.
Protege a los seres que amo, a los que están lejos, a los que están cerca, a los que sufren por compasión hacia otros...
Protege al alma que amo, que amo con locura infinta...y llénala de luz, de una luz jamás vista en este amanecer de humanos divinos.
Dame una vida honrada, valiente y...no importa que sea corta o larga, sólo dame la oportunidad de ser más de lo que soy aparentemente. 
No quiero que nadie recuerde mi nombre, sólo deseo que mi planeta permanezca en mí siempre y que tenga las ganas suficientes como para volver aquí un centenar de veces más...hasta que la humanidad sea UNA y esté libre de su propia ignorancia.
Que mi legado sea el de una madre que anhela la felicidad de un hijo aunque este no sepa nada de ella...
Reclamo mi divinidad, aquí y ahora, y no me importará ni los obstáculos ni el dolor, ni el miedo ni el frío...sólo quiero estar a la altura del ser que hay en mí, de la luz que me llama.
Que los que odian se cansen de odiar...y sientan la pequeña luz que les aguarda tras la puerta.
Que los que desean terminar con Gaia, aquellos que están más allá de las estrellas visibles y nubes visibles, sean conscientes de que...no seré una esclava más de sus juegos.
No volveré a esconderme detrás del diván estelar fingiendo que no sé quién soy y no sé qué es lo que puedo hacer con esta vida mía humana.
A la luz del único dios existente en mi corazón sagrado me entrego.
Y no hay marcha atrás. 
Sólo pasos humanos que caminan hacia delante.
La que escribe, escribe más allá de los versos. 
Escribe para vosotros y en vosotros, los que anhelais someter a Gaia, destruirla, aniquilarla como antaño hicierais...escribe para comunicaros su profundo designio de su divinidad anunciada. 
Y no conteis con la renuncia ni con el odio.
No conteis con lo que vosotros proclamais siempre y a todas horas...se acabó Lilah.
Terminó el juego del engaño.
Mi amor es lo único que cuenta en esta partida, mi amor...y sólo mi amor.

2 comentarios:

  1. Hola, entré a tu blog por casualidad, me pareció magnífico, no quería salir sin decírtelo.
    Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío que es de literatura.
    Un abrazo desde Argentina.
    Humberto.

    www.humbertodib.blogspot.com

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  2. Muchas gracias, Humberto. Eres bienvenido en este espacio. Visitaré tu blog...un abrazo.

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Las usurpaciones de IDENTIDAD -segunda parte-

  Imagínate la ventaja de tener tecnologías a tu alcance para poder vigilar 24/7 a quien quieras, en dónde quieras y cómo quieras. Imagínate...