viernes, 22 de diciembre de 2017

Somos SERES SINTIENTES, no pensantes

Según la ley del Kybalion: Todo es mente, el Universo es mental. Y es cierto, este Universo limitado en el cual vivimos basa sus experiencias en torno a las realidades virtuales que formamos con la mente, con las creaciones y proyecciones mentales que generamos gracias a muchos cuerpos que forman parte de nosotros. No estoy hablando del cuerpo físico, que también, sino de los sutiles o menos densos.
Si Todo es mente en este Universo( y existen millones de Universos...), toda nuestra experiencia vital será una realidad virtual que no podremos catalizar desde la esencia, sino desde el ángulo mental que es muy pequeño comparado con la real esencia: LA CONCIENCIA.
La CONCIENCIA es una presencia viva, siempre presente, incluso si la mente no para de parlotear y ha permitido que olvidemos quiénes somos. La CONCIENCIA es quien sostiene toda creación existente, incluyendo a un Universo “mental”.
Cuando uno despierta o comienza a despertar(incluso esta terminología o este verbo no son correctos para dotarle un nombre a la experiencia del “darse cuenta”) sabe que el Universo en el que vive es sintético, virtual, efímero, perecedero e ilusorio. La CONCIENCIA, como tal, reconoce que no está en un ambiente natural donde el espíritu, que no alma, pueda ser libre y CREAR lo que realmente QUIERE.
Recordemos que el alma es otro cuerpo que “atrapa” de forma sutil al ESPÍRITU QUE SOMOS, la esencia imperecedera que somos. Y esta se deja...porque para ella, el AMOR INCONDICIONAL es eterno y no entiende de tiempos. Por eso elige y decide sin mente, NADA DE MENTE, experimentar el olvido, el dolor, el sacrificio por otros.
El alma es el cuerpo de las personalidades que conforman nuestro espíritu, que moldea nuestro espíritu para presentarse a estas realidades banales y cortas para él. Nuestro espíritu es GRANDIOSO, crea todas las formas posibles a través de todos los cuerpos para mostrar quién es o qué puede DAR. Pero nuestro espíritu es LIBRE, ETERNO Y BRILLANTE. Nada ni nadie puede comprender la grandeza de este sino es a través del despertar de la CONCIENCIA. Y de lo que hablo es de un encuentro esperado por nosotros ante este, ante nosotros mismos. Estoy hablando de una VERDAD de la cual no podemos HUIR. No hay huída para esto. Y no importa que aparentemente nos alejemos del espíritu que somos...no podemos alejarnos aunque queramos.
El Universo MENTAL nos pone muchas trampas. Creemos tantas mentiras debido a esa mente que “lo es todo”, que llegamos a creer que somos NADA. Y que siempre seremos NADA. Pero la realidad es muy diferente, y más hermosa de lo que jamás pudiéramos imaginar. Porque la realidad hermosa es casi imposible de imaginar...la VERDAD sólo se vive SINTIÉNDOLA. No a través de la mente, sino del pequeño corazón que nos fue otorgado en estos cuerpos físicos. Y para quien no lo sepa, el corazón es la PUERTA abierta hacia el SER, hacia el espíritu. Sólo es a través de él que podemos conocer quiénes somos. La mente no podrá alcanzar jamás la grandeza del SER. Pero sí, el corazón.
¿Porqué afirmo con rotundidad que somos seres sintientes y no pensantes?. Simple. Fácil. Sencillo.
Cuando nuestra CONCIENCIA hace acto de presencia, dice: aquí estoy...la mente se calla, se convierte en una sierva leal, se pone a trabajar para la CONCIENCIA. No al revés. Vivimos en una realidad, la cual nos dice cómo hemos de elegir, cómo hemos de vivir, cómo hemos incluso de sentir!. Cuando la CONCIENCIA se presenta, y si lo hace, lo hace para siempre, nuestra vida se convierte en una contínua fiesta de sentimientos, de percepciones, de intuiciones, de pensamientos profundos y nada superficiales. Nos convertimos en SERES SINTIENTES. Seres empáticos, seres que se ocupan de todos los seres, seres que desean bienestar por doquier y que trabajan para que ese bienestar se expanda y se contagie. Eso sólo lo puede hacer la CONCIENCIA, no la mente.
Vemos cómo nuestras sociedades durante siglos y siglos y eones!, han validado las experiencias mentales y de estudios interminables sobre las cosas y las personas de una forma sobreexagerada olvidando e incluso infravalorando todo el estudio intuitivo y del sentir que los seres humanos sensibles y empáticos han proporcionado al bienestar del colectivo humano. Hemos visto y comprobado durante demasiado tiempo, cómo insultábamos nuestras propias percepciones corporales ante un peligro o incluso alguien que no nos gustaba a priori...y hemos rechazado dicha información corporal o instintiva sólo por IGNORANCIA Y MIEDO. Jamás nos planteamos en ningún momento, que la intuición es el LENGUAJE DIVINO que llega a través del corazón o incluso de nuestro pequeño, sorprendente y perfecto cuerpo físico. Nuestro cuerpo físico, contrario a lo que creemos...es UN MILAGRO. El cuerpo físico es más fuerte de lo que jamás imaginé. Jamás supuse que un cuerpo tan “denso” me permitiera vivir tantas experiencias extremas y saliera de ellas, vivo y estoico.
Desde mi experiencia consciente, sé que el cuerpo físico es un puente y un sensor biológico puro, es decir, lo SIENTE TODO gracias a su gran sensibilidad, y mucho más, cuando uno está “despierto” o está en proceso de. Por eso afirmo contundentemente y rotundamente, que somos SERES SINTIENTES. Desde los pies hasta la cabeza podemos PERCIBIR todo tipo de emociones y sentimientos, que no son lo mismo. Las personas CREEN o han aceptado CREER que las emociones y sentimientos funcionan en la misma liga. No es así. Las emociones deben estar al servicio del SENTIMIENTO, no al revés. Las emociones se producen en el chakra del plexo solar, o bajo vientre y estómago. Las emociones son espontáneas y no duraderas, los sentimientos son profundos y duraderos.
Las emociones pertenecen al ámbito del viaje emocional o protección física, como la ira, la rabia, la tristeza, la depresión, la decepción, la angustia, el enfado, la culpa, etc.
Los sentimientos pertenecen al corazón o al plexo del pecho-corazón, donde radica el autoconocimiento, la sabiduría, el amor incondicional, la empatía, la esperanza, la alegría, la fé, la solidaridad, la generosidad, la belleza, la verdad, la luz interna y más cualidades divinas. Los senti-mientos o SENTICIERTOS, el sentir que proviene del SER, del espíritu siempre es CERTERO. Los sentimientos provienen de quiénes somos, de nuestra esencia, y es desde ahí donde debemos VIVIR esta realidad.
Nuestro cuerpo físico, el que nos brinda esta realidad, es un SENSOR BIOLÓGICO tan potente y tan poderoso QUE PODEMOS HACER DE ÉL UNA BRÚJULA para nuestras vidas. Desde los pies hasta la cabeza, PODEMOS SENTIRLO TODO. Los animales, o mejor expresado, los anibuenos son excelentes receptores de las energías que los rodean, los impregnan y los acompañan. Son expertos en escuchar a la TIERRA. ¿Cómo lo hacen?. Hay una dato que no se ha filtrado y que es muy interesante saberlo sobre ellos, y es que cuando se produce un terremoto en una zona determinada o incluso un tsunami, ellos saben cuándo salir de una zona en peligro. ¿Cómo?, a través de LAS PATAS. Las patas están bien ancladas a la Tierra y muy conectadas con esta. Son catalizadores perfectos de cómo VIBRA LA TIERRA. Ellos lo conocen y lo saben. Actúan bajo su propia sabiduría física y energética. Los humanos nisiquiera saben conectarse con la Tierra. En general, los humanos no quieren darle protagonismo a su cuerpo de una manera sabia y respetuosa, sólo lo adornan y a veces lo tapan. No honran al GRAN SER que es en sí mismo. Es una ayuda incalculable para nosotros, y no podemos verlo. Ni aceptarlo, porque tenemos demasiados miedos. Nos desconectaron con este porque SABÍAN cuánto poder podía alcanzar un simple cuerpo humano. Cuerpos con hebras tan poderosas y tan potentes, que son otros los que experimentan sobre nosotros y nuestras capacidades de resistencia...no somos dueños de quiénes somos, y parece que no queremos serlo. Por eso, debemos autoconocernos y conquistar nuestra SOBERANÍA HUMANA Y DIVINA.
Así como los pies son grandes sensores sensitivos, las manos también lo son. Podemos tocar un objeto o incluso una persona y saber cosas de este y esta. Sólo si estamos abiertos y hemos apagado los prejuicios de nuestra mente limitada, podremos percibir la grandeza de quiénes somos. Nuestros genitales también tienen un alto poder sensitivo, nuestra fuerza sexual tiene un alto conocimiento sobre la energía buena y poderosa, o al contrario. Si escucháramos nuestro chakra sexual más a menudo, nos libraríamos de experiencias traumáticas, negativas o insatisfactorias. El instinto es elevadísimo en energía perceptora...y no le hacemos caso. No le damos la validez que requiere, que merece.
Nuestro OMBLIGO, o zona del vientre es uno de los sensores más PODEROSOS que hay. Nuestro ombligo SABE qué elegir, qué no elegir, qué decir o qué aceptar. Nuestros intestinos y estómago son sensores básicos para las relaciones satisfactorias. Escuchar a “las tripas”, como bien dicen en México, es un síntoma de sabiduría ancestral. Nuestra percepción estomacal es fiable y 100% segura. Y ni caso. Nos pone un racimo de angustia ante alguien y no le hacemos caso. Nos pone una onda de suavidad y bienestar...y tampoco le hacemos caso. ¿Porqué?. Porque vivimos en la mente, y buscamos la “lógica” o el sentido común(que a veces es el menos “común”) para respuestas que no requieren de su ayuda.
Pero si hay un FILTRO PODEROSÍSIMO en nuestro cuerpo, si hay un sensor que bate todos los records de comprensión SINTIENTE y certera, es NUESTRO PECHO. Donde yace nuestro ESPÍRITU, NUESTRO SER REAL. El pecho nos grita tantas veces!!!, nos dice adelante!, o nos exclama: cuidado!. Y ni caso. Y el pecho, recordémoslo: es la puerta del corazón, donde aparece el lenguaje DIVINO hablando, susurrando, exclamando contundente lo que nos quiere decir. El pecho debe ser el TIMÓN de nuestras vidas, y en cambio, le otorgamos ese papel, ¿adivina a quién?. Sí, así es: a la cabeza.
La cabeza es el sensor más débil, más dudoso y más MANIPULADO. LA MENTE juega malas pasadas, no es equitativa ni empática, tampoco la mayoría de veces parece lógica. La cabeza es el sensor más vulnerable al ataque del enemigo común del ser humano: la oscuridad, la inconsciencia, la MALDAD. A la cabeza hay que dirigirla, domarla, callarla...no entregarle el timón de nuestras vidas porque el ESPÍRITU quedaría atrapado en una ilusión llamada mental-virtual, y sufriría mucho debido al silencio de la CONCIENCIA QUE SOMOS y que se expresa a través de nuestro SENTIR, de nuestro pecho corazón.
No volvamos a insultar, denigrar o vilipendiar a nuestros cuerpos físicos, puesto que son ellos los intermediarios del SER, de lo que quiere expresar NUESTRO ESPLENDOROSO ESPÍRITU ETERNO. Dejemos y permitamos SENTIR cada experiencia a través de nuestro mayor sensor que es el cuerpo humano, y concedámosle a nuestro ESPÍRITU la apertura que se merece a través de nuestro pequeño, fantástico y milagroso cuerpo. Abramos las puertas y dejemos que la LUZ NOS INUNDE a todos los niveles, no permitamos que el MIEDO nos frene, no le demos el timón de nuestro barco a la mente. Ella debe tener el papel de observadora, de vigía del barco...más nunca la capitana.

Haced caso a vuestros cuerpos, a VUESTROS SENTIRES. Y vivid desde el SENTIR. Jamás desde el miedo o el pensar en exceso. Seréis más libres y felices...y saldréis de la cárcel impuesta.

Tú no puedes controlar a Dios

  El monopolio de la verdad NO es la verdad. Si la verdad puede ser controlada, no es verdad. La verdad traspasa los muros de la muerte, el ...