El deleite del momento-regalo

Cuando alguien nos dice:" vive el momento", inmediatamente, la mayoría de nosotros imaginamos que debemos vivir a todo tren y hacer las cosas rápidamente y a una velocidad atónita y acelerada. Nada más lejos de la realidad.
He aprendido con el tiempo, los años, las experiencias y la paz interna, que el momento-regalo se saborea mejor lentamente, muy lentamente. No tengo prisas de ningún tipo y tampoco deseo que nadie me imponga una aceleración determinada. Siento paz y siento pasión al mismo tiempo, pero saboreo este momento-regalo con una precisión que antes no podía ni SABÍA hacerlo.
Me gusta tomarme las cosas lentamente, con calma, con serenidad. Ahora ya no me siento presionada por tomar decisiones apresuradas y basadas en el miedo y la inseguridad. Me siento muy confiada y segura, así que no tengo porqué darme prisa en nada, y mucho menos en las relaciones.
Creo que la capacidad de conocer a otro profundamente y entregarle tu tiempo, necesita calma, serenidad, madurez y auto-reflexión. Eso no quiere decir que no tome acciones llenas de calidez ó de pasión...pero me las tomo con mucho tiempo y tranquilidad.
La velocidad nos quita los detalles del otro, nos roba sus expiraciones, nos arrebata su espontaneidad y su calor cercano. Me gusta tomarme las cosas y las relaciones con calma y tranquilidad. Me llena de dulzura y de paz el conocer al otro en la distancia...con cierta observación curiosa, y para nada intimidatoria. En realidad, también me gusta que me intenten conocer poco a poco. Eso me transmite seguridad y calma de parte del otro, y eso me encanta!!!.
El deleite tiene que ver con nuestra capacidad de apertura y atención al otro. El deleite nos indica que estamos completamente abiertos a nuestros semejantes y a la felicidad más íntima y profunda...Deléitate en conocerte a ti mismo y a otros!!!.

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