Un resbalón en la lluvia

Todos caemos. La vida es una caída libre espectacular. Todos conocemos el dolor, el dolor profundo, el dolor pasajero, el dolor repentino, el dolor constante, el dolor en todas sus vertientes...especialmente con las relaciones para con otros. Y tenemos expectativas, y eso puede ser bueno y no tan bueno. Depende de cuánto nos conozcamos y cuánto nos respetemos a nosotros mismos.
No podemos manejar a los demás a nuestro antojo e ir determinando sus personalidades, gustos, creencias, etc...pero sí podemos cambiar nosotros y ser honestos con las personas que apreciamos o amamos, empezando por ti.
No bases tus relaciones en el EGO, en ninguno de los apartados: amistoso, familiar, romántico...
Basa tus relaciones en el alma, en tu ser; todo lo demás sobra, nos sobra.
Las relaciones basadas en el EGO son dolorosas y siempre acabas siendo esclavo de estas.
No permitas relaciones sumisas, incompletas, desarmónicas y dañinas para tu auto-estima, no estás para enfriarte espiritualmente. Estás para encenderte y compartir con las almas cálidas, brillantes y sobre todo, DESNUDAS.
Elige las relaciones de alma, las relaciones puras y honestas. Donde las personas VEAN quién eres, aunque antes debes saberlo y verte tú.
Sé agradecido con todas las personas que pasan por tu vida pero elige sabiamente a aquellas que son profundas, divertidas, fuertes, saludables, respetuosas, independientes, sinceras, cálidas y sin ningún tipo de máscara emocional.
No pidas peras al olmo.
Relaciónate con seres humanos despiertos y compasivos, y no con EGOS ANDANTES.
Siempre te mereces lo mejor...independientemente de cómo se pongan las cosas ahí fuera.
Tú eres un dios y una diosa, no lo olvides.

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