Proteger no es CONOCER
El otro día mientras caminaba, me encontré con una madre que estaba hablándole de una manera "no apropiada" a su hijo y le recriminé de buenas formas...pero cuando vió mi forma de expresarle que tenía un hijo maravilloso, un sol y una joya universal, ella cambió su actitud y comenzó a hablarme de porqué estaba TAN "enfadada".
Enseguida me dí cuenta que era ex-drogodependiente y estaba en una fase de desintoxicación. Traté de suavizar su energía todo el tiempo, de re-dirigirla a un centro en el que ella pudiera sentirse segura y amada. Lo que más me llamó la atención fue su...hijo. Me emociono al pensar cuánta luz derramaba ese SER por aquella mujer. Era tan hermoso!!!, tan luminoso!!!.
Antes de recriminarle, su hijo estaba llorando muchísimo y su expresión facial no era que digamos muy alegre, pero eso cambió en cuanto mi hermana y yo le dimos la vuelta a la tortilla. El niño comenzó a dar saltos y a sonreir(creo que jamás había visto una sonrisa tan sincera...tan agradecida), iba dando saltitos y sonriendo. Y cuanto más le decíamos que era un SER maravilloso, que era una perla del universo, que su madre debía sentirse orgullosa y bendecida por tan bello regalo de la existencia...el niño más contento estaba!!!.
Se llamaba Marcos y no creo que tuviera más de dos años... pero fue mi "salvación" de ese día. Cuando digo salvación me refiero a la reafirmación de la raza a la cual creo que pertenezco. Cuando digo salvación me refiero a la luz que necesito diariamente para nutrirme...como todos.
Cuando digo salvación me refiero al coraje que se necesita para ser uno mismo.
Cuando digo salvación me refiero a la señal auténtica y única que todo ser humano necesita cada día para impulsarse hacia lo mejor de sí mismo.
Marcos tenía a su madre andando más de 4 horas!!! y sabeis porqué???. Porque sólo un maestro sabe lo que necesita otro para recordar quién es. Y este pequeño estaba dándole ese tute, ese trabajo de caminata para que su madre se cansara fisicamente...y ya sabemos lo que pasa cuando uno se cansa fisicamente. Llega la relajación y la ARMONÍA a su vida. Ese SER tan grande en un cuerpo tan pequeño estaba mostrándole a su madre y a sí mismo que podían alcanzar la armonía en el movimiento. Me emociono porque lo veo allí, tan pequeño, tan hermoso y tan poderoso!!!, tan poderoso!!!. Daría mi vida por los niños...por su mundo, lo daría todo por su felicidad.
Cuando los padres y madres se olvidan de compartir tiempo con sus hijos, vuelven al campo de la obligación y de la responsabilidad auto-elegida pero se olvidan de algo muy importante...sus hijos también les protegen a ellos, les guían, les instruyen, les enseñan.
He oído muchas veces: Hay que aprovechar el tiempo de niñez con tus hijos, convertirte en uno de ellos porque esa etapa sólo la vivirán una vez en la vida...y sabeis lo que piensan ellos???, vuestros maravillosos hijos cada vez que jugais con ellos, cada vez que os introducís en sus mundos y les permitís apoderarse de la imaginación y de sus mundos internos y fantásticos y mágicos ellos piensan: "Debe ser increíble crecer y ser mayor...porque nunca pierden la capacidad para jugar conmigo, para estar en mi mundo...de hecho, creo que sólo les debe crecer la barba y los pies. Me encantan los adultos, siempre juegan a ser yo, a ser quién soy realmente".
Una de las mejores experiencias de mi vida la viví cuando tenía 5 o 6 años, no más. No puedo contaros exactamente todo lo que sucedió ese día pero...sí puedo expresaros mi felicidad y mi sensación de libertad. Fue la primera vez que me sentía libre en un mundo de adultos.
Recuerdo que fue la excursión más mágica y extraordinaria de toda mi vida. Recuerdo que un chico de 16 o 17 años al que denominamos "jefe" nos llevó de aventura en una tarde donde todos los demás estaban de "misa" (estos colegios religiosos son muy originales, como siempre) o algo parecido...
No he podido olvidar la generosidad, el cariño, el aprecio, la aventura de aquel muchacho para con nosotros. Éramos un pequeño grupo de niños y niñas que le seguimos como fieles seguidores...nos llevó por un barranco, por un río y por un bosque precioso...y desarrolló en mí una pletórica curiosidad por lo desconocido y por la pura rebeldía. Había un grupo de adultos que nos estaban buscando desde hacía horas y nosotros sólo podíamos pensar en nuestro "jefe" y nuestra maravillosa aventura...nos mojamos los pies, bajamos un barranco, nos hablaba como si fueramos exploradores expertos y nos ayudaba a subir por la montaña...
Recuerdo el cariño que le tomé a aquel "adulto" tan especial y tan generoso y amoroso para con los niños. Recuerdo su protección y su energía. Recuerdo su ENERGÍA. Creo que no he podido olvidarlo jamás...no recuerdo su cara, ni su nombre...bueno, sí. Se llamaba "jefe" y me pareció el chico más valiente que había conocido en mi pequeña existencia.
Aquella experiencia cambió mi visión del mundo. Aquella experiencia me devolvió mi rebeldía natural...no hay nada mejor que desobedecer a los padres y sentirte auto-suficiente en este vasto universo.
Así me sentía yo. Me sentía libre, completamente LIBRE.
Cuando se acabó la excursión y volvimos a la ciudad, todos nos separamos. Quería despedirme de "jefe" y preguntarle cómo se llamaba...pero a la vez me sentía pequeña y muy tímida, y además no pude verlo después de llegar a la ciudad.
Hasta que lo ví en un autobús. Repito: no recuerdo su cara pero sí su forma, su energía mirándome desde el bus. Me saludó con la mano y me sonrió...y yo internamente, le dí las gracias con todo mi corazón. Fue la primera vez que me sentía abrumada por el agradecimiento, tanto agradecimiento!!!.
Ese chico cambió mi forma de ver el mundo adulto. Lo cambió todo...porque después seguiría reuniéndome con gente más mayor que yo y a la vez, más divertida y juguetona que yo.
Una vez más: Gracias, JEFE.
Enseguida me dí cuenta que era ex-drogodependiente y estaba en una fase de desintoxicación. Traté de suavizar su energía todo el tiempo, de re-dirigirla a un centro en el que ella pudiera sentirse segura y amada. Lo que más me llamó la atención fue su...hijo. Me emociono al pensar cuánta luz derramaba ese SER por aquella mujer. Era tan hermoso!!!, tan luminoso!!!.
Antes de recriminarle, su hijo estaba llorando muchísimo y su expresión facial no era que digamos muy alegre, pero eso cambió en cuanto mi hermana y yo le dimos la vuelta a la tortilla. El niño comenzó a dar saltos y a sonreir(creo que jamás había visto una sonrisa tan sincera...tan agradecida), iba dando saltitos y sonriendo. Y cuanto más le decíamos que era un SER maravilloso, que era una perla del universo, que su madre debía sentirse orgullosa y bendecida por tan bello regalo de la existencia...el niño más contento estaba!!!.
Se llamaba Marcos y no creo que tuviera más de dos años... pero fue mi "salvación" de ese día. Cuando digo salvación me refiero a la reafirmación de la raza a la cual creo que pertenezco. Cuando digo salvación me refiero a la luz que necesito diariamente para nutrirme...como todos.
Cuando digo salvación me refiero al coraje que se necesita para ser uno mismo.
Cuando digo salvación me refiero a la señal auténtica y única que todo ser humano necesita cada día para impulsarse hacia lo mejor de sí mismo.
Marcos tenía a su madre andando más de 4 horas!!! y sabeis porqué???. Porque sólo un maestro sabe lo que necesita otro para recordar quién es. Y este pequeño estaba dándole ese tute, ese trabajo de caminata para que su madre se cansara fisicamente...y ya sabemos lo que pasa cuando uno se cansa fisicamente. Llega la relajación y la ARMONÍA a su vida. Ese SER tan grande en un cuerpo tan pequeño estaba mostrándole a su madre y a sí mismo que podían alcanzar la armonía en el movimiento. Me emociono porque lo veo allí, tan pequeño, tan hermoso y tan poderoso!!!, tan poderoso!!!. Daría mi vida por los niños...por su mundo, lo daría todo por su felicidad.
Cuando los padres y madres se olvidan de compartir tiempo con sus hijos, vuelven al campo de la obligación y de la responsabilidad auto-elegida pero se olvidan de algo muy importante...sus hijos también les protegen a ellos, les guían, les instruyen, les enseñan.
He oído muchas veces: Hay que aprovechar el tiempo de niñez con tus hijos, convertirte en uno de ellos porque esa etapa sólo la vivirán una vez en la vida...y sabeis lo que piensan ellos???, vuestros maravillosos hijos cada vez que jugais con ellos, cada vez que os introducís en sus mundos y les permitís apoderarse de la imaginación y de sus mundos internos y fantásticos y mágicos ellos piensan: "Debe ser increíble crecer y ser mayor...porque nunca pierden la capacidad para jugar conmigo, para estar en mi mundo...de hecho, creo que sólo les debe crecer la barba y los pies. Me encantan los adultos, siempre juegan a ser yo, a ser quién soy realmente".
Una de las mejores experiencias de mi vida la viví cuando tenía 5 o 6 años, no más. No puedo contaros exactamente todo lo que sucedió ese día pero...sí puedo expresaros mi felicidad y mi sensación de libertad. Fue la primera vez que me sentía libre en un mundo de adultos.
Recuerdo que fue la excursión más mágica y extraordinaria de toda mi vida. Recuerdo que un chico de 16 o 17 años al que denominamos "jefe" nos llevó de aventura en una tarde donde todos los demás estaban de "misa" (estos colegios religiosos son muy originales, como siempre) o algo parecido...
No he podido olvidar la generosidad, el cariño, el aprecio, la aventura de aquel muchacho para con nosotros. Éramos un pequeño grupo de niños y niñas que le seguimos como fieles seguidores...nos llevó por un barranco, por un río y por un bosque precioso...y desarrolló en mí una pletórica curiosidad por lo desconocido y por la pura rebeldía. Había un grupo de adultos que nos estaban buscando desde hacía horas y nosotros sólo podíamos pensar en nuestro "jefe" y nuestra maravillosa aventura...nos mojamos los pies, bajamos un barranco, nos hablaba como si fueramos exploradores expertos y nos ayudaba a subir por la montaña...
Recuerdo el cariño que le tomé a aquel "adulto" tan especial y tan generoso y amoroso para con los niños. Recuerdo su protección y su energía. Recuerdo su ENERGÍA. Creo que no he podido olvidarlo jamás...no recuerdo su cara, ni su nombre...bueno, sí. Se llamaba "jefe" y me pareció el chico más valiente que había conocido en mi pequeña existencia.
Aquella experiencia cambió mi visión del mundo. Aquella experiencia me devolvió mi rebeldía natural...no hay nada mejor que desobedecer a los padres y sentirte auto-suficiente en este vasto universo.
Así me sentía yo. Me sentía libre, completamente LIBRE.
Cuando se acabó la excursión y volvimos a la ciudad, todos nos separamos. Quería despedirme de "jefe" y preguntarle cómo se llamaba...pero a la vez me sentía pequeña y muy tímida, y además no pude verlo después de llegar a la ciudad.
Hasta que lo ví en un autobús. Repito: no recuerdo su cara pero sí su forma, su energía mirándome desde el bus. Me saludó con la mano y me sonrió...y yo internamente, le dí las gracias con todo mi corazón. Fue la primera vez que me sentía abrumada por el agradecimiento, tanto agradecimiento!!!.
Ese chico cambió mi forma de ver el mundo adulto. Lo cambió todo...porque después seguiría reuniéndome con gente más mayor que yo y a la vez, más divertida y juguetona que yo.
Una vez más: Gracias, JEFE.
Estimada señorita:
ResponderEliminarEs mi ilusión invitarla a que siga a lo largo de estas semanas, a través de mi humilde blog (www.molestoluegoexisto.blogspot.com), el ensayo que realizó acerca de la dulce obra escrita por el genial Saint Exupery; El Principito. Esta breve creación tiene mucho de profundo. Pero no se trata de una profundidad plomiza, suprametafísica o hiperintelectual, ¡para nada! Todo lo contrario, el mensaje del principito es sencillo, directo y preclaro.
Mi objetivo es que juntos saquemos el máximo jugo a la brillante creación del francés… sin duda esta apasionante labor nos servirá para alegrar nuestros espíritus y crecer un poquito más.
Un animoso saludo desde la isla de Gran Canaria.