Lida Spears nos habla de los PELIGROS de la meditación y el reiki
SOBRE LA MEDITACIÓN… Y PORQUÉ NO USARLA
Parte 2.
Parte 2.
El Dr. Michael Persinger, profesor de neurociencia de la Laurentian University de Canadá, estudió a 1.018 practicantes de la meditación en 1993 y llegó a la conclusión de que la meditación puede causar síntomas de epilepsia parcial compleja, como anomalías visuales o el hecho de oír voces, sentir vibraciones o experimentar conductas automáticas como la narcolepsia. Cabe destacar que los pacientes epilépticos que sufren crisis epilépticas en los lóbulos temporales tienen alucinaciones auditivas o visuales, que a menudo interpretan como experiencias místicas. Algunos están convencidos de haber hablado con Dios.
En los últimos años, Persinger se ha dedicado a investigar las llamadas experiencias “místicas” bajo condiciones controladas de laboratorio. Hizo que los voluntarios se colocaran un casco dotado de una serie de imanes a través del cual transmitía una débil señal electromagnética. Persinger descubrió que las crisis epilépticas inducidas magnéticamente en los lóbulos temporales generan el mismo tipo de alucinaciones y experiencias místicas que las descritas por los pacientes epilépticos. Cuatro de cada cinco personas, afirma, notifican una “experiencia mística, la sensación de que hay una entidad o ser vivo detrás o cerca suyo”. Algunos lloran, otros sienten que Dios les ha tocado, otros se asustan y hablan de demonios y espíritus malignos. “Eso sucede en el laboratorio”, concreta Persinger, refiriéndose a que los sujetos saben que están en un entorno controlado. “¿Hasta qué punto podrían ser más intensas estas experiencias si sucedieran bien entrada la noche o en el banco de una mezquita o sinagoga?”
Nota personal : el hecho de que en laboratorio sea posible replicar las experiencias místicas con señales electromagnéticas también cuadra totalmente con las experiencias que tuve en el momento de estar en la nueva era e intervenida por entidades. Cada vez que alteraban algo en mi psique, yo sentía claramente una descarga electromagnética que era como una onda de radio dirigida a mi cabeza.
En ese tiempo estaba muy sensible por la apertura del tercer ojo tras la subida de la kundalini así que podía percatarme de ello con facilidad, y eran efectivamente ondas electromagnéticas que “algo” o “alguien” me estaba mandando, esto me pasaba incluso cuando no estaba meditando, las pude identificar en estado totalmente consciente, en especial en momentos de ataque psíquico. El hecho de que estas entidades transmiten ondas electromagnéticas para generar visiones, alterar la consciencia y generar experiencias místicas me parece totalmente factible. Otra de las cosas a considerar es que ni antes de entrar a la nueva era me pasaba eso, ni después de salir de la nueva era, todas esas cosas solo me pasaron cuando estuve en la nueva era, y eso no puede ser casualidad.
Además de los hallazgos de los neurocientíficos, hay indicios que no deberían pasarse por alto. Sin duda los retiros prolongados para meditar presentan peligros potenciales, especialmente para los principiantes.
Christopher Titmuss, ex monje budista, afirma que en ocasiones las personas pasan por experiencias muy traumáticas y requieren apoyo las veinticuatro horas del día, el uso de fuertes fármacos o incluso la hospitalización. “Otros pueden experimentar un terror fugaz de tener la mente totalmente fuera de control, un temor temporal de haberse vuelto loco”, declara. “O una enajenación de la realidad convencional que hace difícil recuperar la consciencia sin intervención activa.”
En un foro de debate sobre Vipassana de Goenka llamado tribe.net, un participante llamado Tristan escribe:
“Desearía poder decir cosas maravillosas sobre mi experiencia, pero no puedo. Permanecí allí los diez días, muchos de ellos con alucinaciones increíbles, desde estar dentro de un huevo y ser un animal parecido a un pájaro con las alas rotas, hasta seguir túneles a través de mi cerebro o sentirme completamente en conexión con el universo. No hay problema, me dije, es solo una sensación. Estoy perfectamente a salvo. El último día del retiro, al escuchar el último sermón, solté un inmenso chillido y me desplomé.”
Tristan dice que tuvo un brote psicótico y terminó en un hospital psiquiátrico, donde permaneció varias semanas.
Con los cursos de Goenka ha habido diversos intentos fallidos de suicidio en la India, incluido uno que tuvo como resultado una fractura de columna vertebral y otro en que el superviviente sufrió un traumatismo pulmonar y craneal. Los investigadores de la sede de Goenka en Igatpuri analizaron los casos de nueve personas que se habían autolesionado tras un curso y descubrieron que todas ellas o bien habían practicado otras formas de meditación, o bien utilizaron técnicas curativas o bien tomaron drogas antes del curso. Por consiguiente, consideraron que los trastornos mentales graves producidos tras el retiro no eran efectos secundarios de la técnica de meditación, sino de la práctica o el uso de otras cosas.
Sin embargo, una mujer que recientemente se puso en contacto conmigo me dijo que su hijo hizo un curso de Vipassana en enero en Nueva Zelanda, que le resultó una experiencia muy positiva que producía muy buenas sensaciones de amor, etcétera, pero que al cabo de unos días de haber regresado sufrió un “brote psicótico”. Fue trasladado a un hospital psiquiátrico donde respondió bien a la medicación y actualmente toma antidepresivos.
Su hijo no tenía antecedentes de inestabilidad mental, ni tampoco había ningún antecedente en la familia. Nunca antes había probado la meditación ni había consumido drogas.
Geoffrey Dawson, maestro de meditación Zen y psicoterapeuta en Sídney, ha localizado a veinte personas que tuvieron experiencias mentalmente angustiantes a consecuencia de asistir a cursos de meditación dice que estos practicantes de la meditación quedaron FRAGMENTADOS en lugar de integrados, y sus experiencias incluyeron ataques de pánico, episodios depresivos, o ambos, que en la mayoría de los casos persistían meses después de haber terminado el retiro.
También hubo algunos episodios maníacos, uno de los cuales posteriormente se diagnosticó y trató como un trastorno bipolar. Una mujer cuya hija había asistido a un retiro se puso en contacto con Dawson. Los amigos y familiares de la chica se dieron cuenta de que después del retiro se convirtió en una persona fría y obsesiva. Su trastorno psicológico empeoró y al cabo de unos meses se convirtió en un trastorno psicótico. A los dieciocho meses fue hospitalizada y se suicidó.
Nota personal : ¿no será más bien que el cóctel de Reiki con Meditación es tan peligroso porque es una sobredosis de apertura interdimensional que facilita la parasitación de entidades depredadoras? No se quiere admitir que dar clases de meditación a gente que hace reiki, causa graves riesgos a nivel psíquico-espiritual.
Los formularios de solicitud incluyen preguntas como: “¿Tiene o ha tenido alguna vez problemas de salud mental tales como depresión o ansiedad significativas, ataques de pánico, maníaco depresión o esquizofrenia?” Hay también la pregunta: “¿Ha tenido alguna experiencia anterior con técnicas de meditación, terapias o prácticas curativas?”
Esta pregunta en concreto permite a Goenka rechazar a las personas que practican una terapia espiritual llamada REIKI. Afirma que ha habido muchos casos en todo el mundo en los que la mezcla de meditación Reiki y Vipassana ha causado daños a los practicantes de Reiki hasta el punto que algunos han llegado a sufrir desequilibrios mentales. Goenka sostiene que tales prácticas “intentan alterar la realidad por medio de la exhortación a una fuerza externa o autosugestión (como la autohipnosis). Ello impide al practicante poder observar la realidad tal cual es”.
Nota personal : ¿no será más bien que el cóctel de Reiki con Meditación es tan peligroso porque es una sobredosis de apertura interdimensional? No se quiere admitir que dar clases de meditación a gente que hace reiki, causa graves riesgos a nivel psíquico-espiritual.
Dentro de esta realidad ilusoria debemos aprender a “observar”, entender, analizar y discernir.
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