viernes, 3 de enero de 2020

¿Qué es la salud?

¿Qué es la salud?
¿Qué entendemos por salud?
Hace unos cuantos años, escuchando al Doctor Kam Yuen en una conferencia en mi tierra natal Valencia, el nombrado maestro hizo una pregunta al público y fue esta:
¿Qué es lo más importante en la vida?
A lo que la gente repondió en unísono:
¡La salud!
Y él con su sonrisa pícara e infantil dijo: ¡No!, lo más importante es la CONCIENCIA.
Yo solté una sonora carcajada porque el tipo tiene un sentido del humor tan grande y una compasión tan trabajada que entendí perfectamente en ese momento a qué se refería.
Las personas se quedaron mudas porque no estamos acostumbrados a que nos digan las verdades del barquero, y mucho menos, a que nos hagan profundizar dentro de nosotros mismos.
Osea, que si estás enfermo en este momento ( y es duro estarlo. Yo estuve media infancia y adolescencia entre hospitales) debes saber que eso no es lo más importante. Sino dónde estás con dicha enfermedad y dónde quieres que te lleve. 
Tenemos que agradecerle tanto a nuestro cuerpo. Ha soportado tantas cosas, tantas experiencias, tanta emocionabilidad susceptible y variable, tanto cambio de creencias, tanta negatividad, tanto dolor...y lo ha soportado él solo, con nosotros inconscientes.
Deberíamos honrar más a nuestro cuerpo. Nuestra casa en la Tierra. Nuestra pequeña casa hogareña que desea brindarnos más salud, más vida, más equilibrio energético. ¡LO HACE SOLO!
Y tomamos a nuestro cuerpo como si no fuera importante lo que hace cada día por sobrevivir, por respirar bien, por llevarnos a cumplir las misiones que queríamos realizar de niños...nos sostiene por los sueños que teníamos de niños. Nos sostiene por eso y por más. Y ahora lo sé. Mi cuerpo me ha sostenido estos últimos años de maneras que no podría ni describir. Ha hecho milagros conmigo. Milagros reales. no fantasiosos ni mentales, no. REALES.
Tengo una capacidad energética bestial, tengo una receptividad de protección solar en mi campo electromagnético indescriptible. Siempre me sentí la mujer o la niña más protegida del Universo, independientemente de cómo estuviera físicamente. Mi unión interna con la Fuente es fuerte. Y a pesar de que he tenido años recelosos para con ella y la luz (dudas, dolores, traiciones, rupturas sufridas...), no he dejado de mirar hacia allí. 
La salud no sólo debe ser un estado físico óptimo y excelente, sino una integración profunda de quiénes somos y en quiénes nos queremos convertir a partir de ya. A veces, portamos tantas heridas emocionales que nos es imposible remontar...y es ahí cuando hemos de ser amorosos con nosotros. MUCHO.
Hay que ir en busca de la salud espiritual, por encima de todas las demás. Es esta la que transforma absolutamente todo. Y a veces, el viaje es duro, largo, obscuro, dudoso, difícil, pero no hemos de decaer en nuestra fé. No en fé heredada o religiosa. Una fé en nosotros mismos. Una fé que requiere un perdón interno que nos provoca cambios que duelen, y mucho. Pero son necesarios.
Afirmo que el perdón que más nos cuesta realizar, es el que nos damos o no a nosotros mismos. Somos duros, exigentes, perfeccionistas, intransigentes...y si, y si, y si, podía haber, podía haber...
El pasado nos mata. Para eso existe. Al igual que el futuro. Todos desorientados y todos desconectados del verdadero poder al cual no se le otorga reconocimiento por parte de los estamentos de la sociedad: el presente. AHORA, AQUÍ. 
AQUÍ CAMBIAS, AQUÍ NACES, AQUÍ MUERES. AQUÍ DERROTAS, AQUÍ GANAS. 
Ahora.
Ayer no sirve. Mañana no existe. Líneas mentales que trastocan nuestros poderes y nuestras decisiones reales.
El volante del destino está aquí. No ayer ni mañana. Aquí, y lo manejas tú y yo.
Salud, pero salud espiritual. Ves a por ella. Esa es la que te tiene que OCUPAR TODO EL TIEMPO. 
Y hará que te ocupes de tu cuerpo, de tus emociones, de tus sentimientos, de tu trabajo, de tu relación contigo mismo y con el mundo. OCUPACIÓN Y GENERACIÓN DE SALUD aquí y ahora, y para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Por sus frutos...

  "Es increíble y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales"            ...