Para usted, señor(a) Gates -segunda parte-

Aquí estoy otra vez, señor (a) Gates.
Cuanto más leo sobre "usted", más ganas tengo de hablar con USTED.
He meditado mucho sobre las decisiones que ha tenido que tomar, que ha tenido y querido realizar para un cambio "significativo" en esta realidad atormentada y que no sólo le persigue a usted sino a todos los que sabemos que estamos de alguna forma, atrapados.
No me interesa leer NADA acerca de las verdaderas intenciones que tiene su nueva vacuna contra el virus que no creó usted, sino quiénes sirve usted mismo fielmente.
Sé que usted los respeta...porque han hecho de su vida, una vida "mejor" o más expansiva, digamos.
Ser dueño de un planeta no se consigue todos los días ¿verdad?
Pero le han mentido en unas cuantas cosas. Cosas que ellos no le van a decir porque podría fastidiarles "sus logros" para con la Humanidad.
Cuando le escribí la primera carta el otro día le hablé de su madre. Pero no hablaba de la madre que usted conoce, sino la que le ocultaron siendo un bebé. Y asesinaron.
Digamos que usted tenía un destino increíblemente "luminoso", pero ellos querían SU CONCIENCIA para crear sus planes. Querían su talento. El talento que tenía y tiene con la geometría y el espacio. Y para vaciar el espacio, según ellos, hay que hacer desaparecer toda mota de amor verdadero.
Y lo hicieron perfectamente bien. De hecho, han llegado lustrosos en soberbia y seguridad con respecto a su voluntad, señora Gates.
Usted no va a ser dueño-a del planeta Tierra. Oh, no! no porque no pueda, sino porque NO quiere. Y eso le está causando verdaderos problemas y quebraderos de cabeza.
COMO ESPECIALISTA DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO, está alargando los días para no tener que decidir lo que ellos quieren de usted.
Mire, usted tiene sus dones. Y yo, tengo los míos. 
Le divierte pensar que pueda ser el dueño de un planeta sin que los humanos lo sepan. Y yo me divierto pensando y SINTIENDO que le voy a mostrar la mejor versión de sí mismo sin que usted casi lo adivine. Y se sorprenda.
Y esa mejor versión, créame, no es la más fácil. Va a ser dura para usted, pero es LA MEJOR.
Porque los pactos señora Gates, están desapareciendo. De este plano y de muchos.
Y nos vamos a encontrar con lo que hemos hecho y sido durante vidas, especialmente en esta última.
Sé que me va a leer y entenderá en un cierto nivel. O en muchos.
Como también sé que The New York Times me lee. Y muchos de sus colegas asustados, me leen.
Todo es visible en cierto campo cuántico. Y usted sabe de campos y espacios.
No le escribo porque esté preocupada por su vacuna. Tampoco estoy preocupada por el chip. Usted sabe tanto como yo que llevamos chips desde que nacemos hasta que morimos y volvemos a través del "túnel del pánico luminoso".
¿Cambiaría algo un chip más? sí, para ellos y ustedes. Más "cierto control".
El control es la correa del miedo. La gente habla o cree que el mayor MIEDO que existe en la vida terrenal es el miedo a la muerte.
Usted y yo sabemos que no es ese. 
El mayor miedo que hemos vivido usted y yo es a la NO-EXISTENCIA DE DIOS.
De ahí a que hallamos provocado caos, sufrimiento y dolor.
Y lo hemos hecho para encontrarle, de alguna forma encontrarle.
La vacuna no es lo peor que usted ha hecho, señora Gates. Y lo sabe.
Pero también sé que todavía no ha cumplido con lo MEJOR que usted ha podido hacer por sí misma, por su madre e indirectamente por la Humanidad.
Yo sí he visto lo MEJOR que podíamos hacer en un pasado, en un presente y en un futuro. AMBAS, en diferentes caminos. Pero creyendo que podíamos superar nuestro mayor miedo: la NO-EXISTENCIA DE DIOS.
Léame bien porque le voy a hablar en clave y no quiero que nadie me entienda más que usted:
Sé lo que quiere hacer y POR QUÉ. Por eso, estoy escribiéndole emocionada y esperanzada.
Y en esa decisión que quiere tomar está el gran secreto de nuestro miedo profundo...pero hay otra decisión MÁS PODEROSA QUE ESA para vencer su miedo. 
Y es esta: lo que quiere destruir YA SE ESTÁ DESTRUYENDO. Firme eso CON la confianza de un Dios que usted no conoce ni puede recordar ahí.
Sé que si me lee (que lo hará) entenderá cada palabra intencionada que le digo.
Lo que se mueve en lo invisible, será visto y derrotado en lo invisible. No en lo físico. Sé que lo comprende. 
Sólo necesita fe. Algo que le ha sido arrebatado TODA su vida.
No le pido que la tenga, señora Gates.
Eso sólo lo hacen los curas que usted no soporta. Ni yo tampoco.
Sólo le pido que MEDITE bien lo que le he dicho. La muerte no me asusta, sólo me asusta que usted no pueda ver su mejor versión. La que "ellos" NO PUEDEN VER con sus tecnologías.
Hay ciertas visiones que sólo pueden verse desde una conciencia activada, jamás podrán verse a través de tecnologías basadas en el control y el pavor depredador.
No soy un bot, no soy espía, no soy un ordenador inteligente, no tengo control mental dentro de mí cuando le escribo esto (sé lo que es la esclavitud mental), no tengo agenda, no tengo nada...excepto esta mira interna que sólo Dios puede brindar. Sólo Dios. Nadie más.
Para mí, Dios equivale a un silencio fuera del silencio que conocemos. Un silencio convertido en paz, quietud y amor puro.
Su cansancio es el mío, señora Gates. Usted no tiene ira, no siente amenaza, no siente peligro. Sus estúpidos dueños, SÍ.
La envuelven en ira, astucia, suciedad, dolor incontrolable, rabia e incomprensión.
Pero esa envoltura no puede tocar al pequeño corazón de Sandra. Vive dentro de usted y se sorprende a veces de por qué afloran lágrimas de niña en su rostro. 
Es su madre en su hombro, señora Gates. No la abandonará jamás. Le ayudará a volver a Dios. Es su ángel y debe permitirle que entre en su campo unificado mental y emocional. Sólo usted tiene la voluntad de pedirle cuentas a Dios. Cara a cara. Pero debe volver su espalda hacia el sol interno que olvidó cuando niña. Cuando vejaron su cuerpo y lo convirtieron en el personaje que es hoy: Bill.
La más poderosa voluntad que existe es la que acaba en el infierno y retorna a la luz. Y usted...señora Gates, medite esa decisión que puede afectar no sólo a millones de personas, sino a su mejor versión humana y destino.
Yo no escucho las noticias.
No creo en nada de lo que dicen.
Sólo le estoy mirando a usted, Sandra.




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