jueves, 26 de noviembre de 2020

En el desierto

 Una de las falsas premisas que tiene la "inteligencia" es abandonar al caído cuando está ensangrentado y casi moribundo. 

Para la "inteligencia", abandonar al caído y ensangrentado, es una cuestión, valga la redundancia, de "inteligencia".

Y no es su culpa. Es un patrón que la mente sigue con fe ciega por sus "propios intereses".

Algunos de nosotros, muy pocos, muy poquitos, somos PASTO de bestias que la "inteligencia" no pude enfrentar debido a que las necesitan para sus finalidades a medio plazo. Meterse con la comida de tus negociadores no es un plan "inteligente".

Y por ello, muchos VERDADEROS GUERREROS estamos SOLOS. 

Solos en el más amplio y doloroso sentido de la palabra. Y en esa soledad tan desértica, tan espiritualmente apabullante y fría, existe una soberanía que pocos entienden y VEN.

Ni siquiera creo y siento que quien vaya a leer estas palabras...entienda algo de lo que digo. La incomprensión por parte del otro ya es una NORMA BÁSICA en mi vida, muy asumida.

No culpo a quien no entiende o a quien sigue dicha "inteligencia". No los culpo. Cada uno está en su perspectiva y en su trabajo de vida. Sólo trato de recordarme a mí misma...la GRANDEZA de mi espíritu. Que aunque pase desapercibido, completamente desapercibido en el mundo...yo estoy mirando cada huella marcada por la sangre y las lágrimas. Y he de recordármelo a mí misma cada segundo porque sé cuál es el NIVEL de mi batalla.

Y sigo sintiendo que no hay NADA en este mundo que pueda recompensar mi conciencia puesta en cada cosa que he hecho o he elegido. No existe suficiente premio para mí...

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