miércoles, 7 de abril de 2021

Represión sexual versus equilibrio

 Los nuevos hombres de Dios están preocupados en exceso por el control de las nuevas mujeres y sus vertientes despiertas. 

Sus profundos miedos los colocan en una posición "vulnerable" ante el sexo. Y el sexo es un tema que los hombres de Dios no quieren tratar muy de cerca, porque lo temen. Y ha llegado el momento en la Humanidad religiosa de afrontar cara a cara a este miedo tan arraigado en los buenos hombres de Dios.

La represión sexual o la no expresión sexual en determinadas iglesias ha hecho mella a lo largo de los siglos y lo que ha provocado exactamente en sus fieles, es todo lo contrario: que el sexo se convierta en un tema recurrente en la mente no compartida. Cuanto más se reprime una ENERGÍA, más se distorsiona. Repito: cuanto más se reprime una energía, más se distorsiona. 

El Vaticano, por ejemplo. 

Ustedes saben que al haber REPRIMIDO la energía más poderosa, que es la kundalini (sacro sexual), en los nuevos religiosos, más ha aumentado la PERVERSIÓN DE LA MISMA. Cuanto más se contiene el agua de una fuente, más saldrá violentamente cuando se quite el obstáculo que la contiene. De ahí a que haya una cantidad elevadísima de PEDÓFILOS Y HOMOSEXUALES en las habitaciones "santas". Toda la energía sexual se ha contenido de maneras psicopáticas y no equilibradas. Y luego han venido las vertientes satanistas que han sustituído lo santo, por lo más perverso. Y yo me pregunto: ¿dónde está el equilibrio? porque el fanatismo religioso impuesto por hombres y NO POR YESHUA, ha estado destrozando la voluntad de los hombres.

Busquen en este momento el equilibrio de la biología humana y el espíritu divino o santo. Porque es muy necesario que lo hagan. ES URGENTE.

Pero no vuelvan a la represión de ninguna de las formas. El conocimiento debe ser expandido de manera correcta, no de manera temerosa o fanática. 

Si una mujer como yo hace bromas con el sexo o una situación determinada que incluya sexo, ¡ríanse! Relájense. No todas las mujeres venimos a desequilibrar a los hombres. Ni tampoco venimos a gustar a los hombres "sabios" o religiosos. YO NO NECESITO SU APROBACIÓN espiritual. ¿Pueden entender eso?

Son sus percepciones las que tienen que ser transformadas. 

Permítanse ser naturales, ser espontáneos, apasionados con sus mujeres o con la vida. Háganlo desde el conocimiento profundo de quiénes son y dejen la MALOLIENTE SENSACIÓN DE CULPA O VERGÜENZA. Esa sensación o sentir ATRAE más entidades viciosas de las que podamos imaginar. Por supuesto, al igual que la lujuria y la ambición del deseo desmesurado. Son dos opuestos MUY iguales. 

Soy de las que SABEN que el sexo es una puerta a ciertas entidades demoníacas o mejor dicho: reptilianas o arcónticas. Pero también lo son el juicio, el prejuicio, la vergüenza, la culpa, el miedo, la tensión física, la represión, la ignorancia, el correctismo político, etc...

El equilibrio es urgente para los creyentes cristianos y no cristianos. Deben hacer las paces con sus cuerpos, porque si no lo hacen vivirán atemorizados toda su vida. NO TEMAN. Son hombres de fe. Y esa fe también debe manifestarse en todas las áreas de sus vidas. 

No juzguen a las mujeres que no son como ustedes quieren que sean. Escúchenlas y aprendan algo, para variar. 

No todas somos iguales ni ustedes tampoco. Sean más libres, más niños, más relajados. Y bendigan a sus cuerpos y no maldigan a los templos perfectos que Dios ha hecho en esta realidad. TODO ES UNA ILUSIÓN. Y desde esa base debemos ser conscientes de que si vivimos SIN REPRESIÓN Y SIN MIEDO, todo será hermosamente fantástico de experimentar. 

Dejen de corregir lo que no han corregido en ustedes mismos.

No todas somos las brujas de Eastwick. Y tampoco Jezabel. Aunque si conocieran la VERDADERA HISTORIA DE JEZABEL se sorprenderían mucho...más de lo que imaginan. Ante tanto ataque en mi vida, he aprendido mucho, mucho, a escuchar atentamente a aquellos que llamamos diablos...no permitamos más barbarie con nuestra ignorancia y nuestros miedos más arraigados en el inconsciente colectivo. Seamos más sabios que ayer.


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