En el púlpito

 Yo era de las que subían al púlpito y de repente le entraban ganas de reírse tan fuertes que pensaban los "oyentes" que me había dado un ataque de asma. 

¡Imagínate qué parabolas! ¡Vaya panorama! 

Admito que no soy seria ni para lo que una, supuestamente, debe ser seria. En fin. Me ha venido esa tarde fantástica con mis amigas Sandra y Vanesa con su padre (increíblemente religioso) que me hicieron subir al "estrado". Casi me meo en el altar. Anécdotas... de mi vida.



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