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 Sé cuidadoso con etiquetar a la gente como fuerte o invencible. Porque puede llegar el día en que una persona fuerte e "invencible" se quiebre para siempre. Y no haya forma humana de levantarla. 

El quiebre espiritual en una persona muy fuerte es más peligroso que en cualquier otra persona. Porque no sabes lo que ha tenido que sufrir y vivir para soportar tanta ventisca en un mundo donde la fortaleza se ha convertido en el estandarte de aquellos que no comprenden que no somos ni carne ni hueso, pero tampoco tensión y sangre en la espada. 

Cuando llega el quiebre...llega de tal forma, que no podrás encontrar a la persona que creías conocer de ninguna de las maneras. Y sólo Dios, un Dios que está más allá de las creencias religiosas puede ser quien vaya a rescatarlo. Porque otro no puede. 

Cuando la cuerda se rompe del todo...no hay NADA que sostenga la esencia de quien ha sido roto.