La noche de los cristales rotos

 Soy la única que te VE.

Soy la única que sabe que el hombre que conocí y que tuve en mis brazos unos segundos eternos ya no está en ese cuerpo contaminado y obscuro. 

Te veo y eres sucia y dañina, entidad del MAL.

Tratas de ridiculizar a la esencia pura de un hombre hermoso que ya no está entre nosotros. 

Eres lo contrario a dicho hombre. Provocas y DAÑAS. Eso sólo lo puede hacer una entidad como tú. Confundes y mucho a las mujeres que AMARON profundamente a dicho hombre. Estás ahí para un PLAN maquiavélico y retorcido de transhumanismo y destrucción de la ENERGÍA MASCULINA, tan perfecta y tan mágica en los hombres de verdad. 

Nunca podrás destruir en mí al hombre más romántico del mundo. A un hombre plenamente masculino, entero y sólido. Un espíritu libre, respetuoso y creativo.

Tus quejas son realmente penosas y cada vez te desnudas más y PIERDES a más gente que no te reconoce...porque el hombre que habitaba ese cuerpo y esa vida, se fue hace mucho tiempo. 

Y la gente es consciente de que hay algo que falla en ti. Y mucho. 

Vas a ser removida de tu papel denigrante en un cuerpo que nunca te perteneció. En un cuerpo que llevó a un gran hombre que iluminó millones de corazones en el mundo. Incluído el mío. Y al que amaré siempre. 

Es él quien quiere que tú seas REVELADO AL MUNDO. Es él quien quiere que tú finalices tu farsa junto con tus jefes demoníacos. 

Algún día sabremos la verdad de cuándo y cómo se fue de su cuerpo dicho hombre. Sólo le pido a Dios que me ayude a soportarlo y soportar esta verdad que llevo a cuestas. Sola. Pero sólida.

Es él quien me dice que confíe en mí misma como siempre.