Silencios

 Una de las razones por las cuales una relación, en mi caso, puede irse al carajo es el SILENCIO.

No quiero silencios en mis relaciones, y mucho menos, en una romántica. No quiero huecos innecesarios para volverme loca o la adivinadora profesional de todo el mundo. No, gracias. Es una de las grandes desventajas de la empatía extrema o de la psique receptiva ilimitada. 

Yo necesito y QUIERO hablar, expresar, gritar, defender, debatir, discrepar, pero NO CALLAR y que se callen. 

Uno de los ingredientes más duros y perfectos para acabar con cualquier relación es el silencio. Y no estoy hablando, obviamente, de los silencios cómodos. Estoy hablando de que yo necesito hablar y expresarme cada día. Sino me MUERO.

Silencios para quien los quiera. Yo no vivo sin expresión y me importa un puto carajo quién esté tomando notas. El mal utiliza tanto el silencio como las palabras. 

Y el MAL ataca tanto cuando estás callado como cuando expresas. Cuánto más me he expresado, más protegida me he sentido. 

Así que, conmigo, gente, SILENCIOS NO, GRACIAS.

Si elijo el silencio será porque lo necesito para escucharme y estar en paz conmigo misma. Nada más.

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