viernes, 6 de agosto de 2021

La conversión de lo auténtico en bazofia

 Observo el mundo y a las personas que habitan en él con una visión única desde mi interior "curioso". Y observo muy a menudo la inherente estupidez que viene de parte de muchos hombres (no todos, ni mucho menos. Hay hombres muy inteligentes) con respecto a las actitudes atrevidas de expresión verbal en muchas de nosotras.

Sólo utilizo la vulgaridad en situaciones de mucha injusticia, y por supuesto, en expresión literaria. En ninguna situación más utilizo la vulgaridad. No me gusta. De hecho, la odio, la detesto. 

No soporto ni a la gente vulgar ni a la gente maleducada. Es una de esas cosas que no paso fácilmente en nadie. Mis padres tenían ( y mi madre sigue teniendo) una educación excelente hacia todos los que llegaban a su casa y eso es lo que aprendí muy bien en mi casa.

Si alguien se toma la "confianza" de creer que eres vulgar en todas las áreas de tu vida sólo porque te ve diciendo tacos a diestro y siniestro en un artículo o poniendo fotos eróticas/amorosas preciosas en tu espacio de visualización...es un lerdo emocional o un cerdo psicópata. Y puede que te encuentres con gentuza de esta calaña cuando no saben ni quién eres ni por qué haces lo que haces. Es uno de los precios que las mujeres inteligentes o medianamente inteligentes pagamos a veces. Sólo a veces, somos rápidas en aprendizaje. 

La vulgaridad puede utilizarse en espacios artísticos con tonos de crítica, denuncia o hartazgo de situaciones de injusticia feroz, pero no suelo utilizar la vulgaridad como pasaporte a la atención personal, la atención laboral o artística. La fealdad en cualquiera de las vertientes vitales es repulsiva para mi alma y mi corazón delicados. 

Soy una mujer fuerte, pero intensamente delicada y vulnerable. 

No me gusta utilizar determinadas palabras aunque existan y aunque sean muy utilizadas por las personas en ocasiones "íntimas". Me hacen sentirme terriblemente mal. Mi intimidad es sagrada. Y es completamente mía. De nadie más.

La herencia del PORNO en nuestra sociedad ha hecho y ha creado verdaderas bestias de la carne. E incluyo a mujeres. Que por otro lado, el 99% de las mujeres que trabajan en el PORNO fueron abusadas sexualmente, por lo tanto, la gente está viendo ABUSO y sufrimiento a través de esta involutiva forma de relacionarse inhumana. 

El porno es uno de los caminos más fáciles para PARASITARSE álmicamente y biológicamente. Es el puente donde la interferencia y la POSESIÓN COMPLETA están a la orden del día. Y no digamos el aumento de la HOMOSEXUALIDAD en los hombres después de haber consumido mucho porno. Parasitación continuada.

La conversión de lo auténtico en bazofia está a un sólo paso de nuestra falta de conciencia, de presencia, de honra a nuestro templo y de respeto hacia la manera amorosa de relacionarnos como humanos sagrados y no como simples bestias del averno.


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Por sus frutos...

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