Para kármicas y putas ajenas

 Las únicas personas que pueden envidiar a alguien son aquellas que NO TIENEN esencia divina. No soy mujer de envidias ajenas, pero sí he atraído mucha gente envidiosa a mi vida, mucha. Y no precisamente por lo que tengo sino por ser quién soy pese a quien le pese. 

NO ENVIDIO ABSOLUTAMENTE A NADIE DE NADA. A mí me sobra vida, belleza y LUZ.

Pero tú sí envidias y con odio oculto, y no oculto en las más peligrosas.

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