sábado, 21 de mayo de 2022

Amor tóxico de cuento de hadas

 Los especialistas dicen que el "amor de cuento de hadas es tóxico".

Y los especialistas no conocen ni lo que son los cuentos ni lo que son las hadas. 

Decimos estupideces y las compartimos porque creemos que la mente es el único lugar donde las relaciones se encuentran. Y las relaciones aquí no son tales, son sólo espejos vomitando el uno al otro lo que los especialistas dicen que hay que superar, sanar o "ver".

Pero hablan de visión cuando están ciegos ante miles de realidades que existen y que jamás podrán acceder a ellas porque no están en la dimensión sutil requerida. 

El bombardeo diario de lo anormal en cualquier relación daña al ser más puro y al más despistado. Y nos venden esas relaciones "no tóxicas" como si fueran las correctas... y eso es lo verdaderamente tóxico. Porque ni siquiera sabemos lo que es el amor incondicional. No sabemos ni quiénes somos ni a dónde vamos y aceptamos matrimonios, noviazgos, "compromisos" y maternidades no deseadas sólo porque los especialistas dicen que eso no es lo tóxico. 

La culpa la tienen las hadas y los cuentos.

Los cuentos...que siempre fueron la memoria de nuestro hogar, el verdadero. Los cuentos que las abuelas de todos los tiempos contaban para calmar, sanar y dar esperanza. Los cuentos... que son una dimensión pura donde has de entrar en ella con los pies descalzos y limpios. 

Y las hadas. Mezclar hadas y toxicidad en una misma frase es una eterna condena de ignorancia y tristeza incomprensible. Estamos tan desconectados, tan intoxicados por esta apabullante y horripilante realidad física que nos atrevemos a insultar indirectamente la esencia de seres que existen, y que no pueden ser vistos por todos. Ni mucho menos los especialistas.

Vayan a determinados bosques de Escocia o Inglaterra con el alma sanada y el corazón abierto y puede que tengan el santo privilegio de encontrarse con algunas de las hadas más majestuosas. Vayan a los pueblecitos más recónditos de Rusia y las mujeres de las montañas les dirán que para ellas relacionarse con hadas es lo normal. Y no lo tóxico. Tal vez tengan la inmensa fortuna de encontrarse con la alta Realeza de las hadas: su perfecta y frágil Titania. 

Pero el amor de los cuentos de hadas es tóxico. Y se quedan tan anchos los especialistas, y los zombies emocionales los siguen como buenos esclavos de sumisión y lo aceptan. Y aceptan sus triviales formas de relacionarse y de endurecer el espíritu de los puros.

Cada vez más y más lejos de esta locura inhumana. Cada vez más tenue, más transparente y delicada. Más inmune a las reglas de esta vieja y obstructora realidad. La intoxicación es tan grave que ya no podemos recordar cómo de inmenso es el amor verdadero. Ya no podemos manifestarlo de ninguna de las maneras. Hemos sido asesinados de cientos de formas, pero la peor ha sido cortarnos las alas enfrente de todos porque el amor de cuento de hadas es tóxico. 

Y nadie lo debate. Nadie se atreve a decir: esta mierda es una absoluta falacia de la ilusión holográfica, ¡no se atrevan a manchar mi espíritu de hada o de emperatriz cósmica!

Porque suena a niños y niñas. Suena a kinder, suena a juego inocente. Y este mundo es todo, menos inocente ¿verdad?

Niños y niñas.

MUERTE en las alas de los jardines de infancia. Y los especialistas se preparan poniendo exámenes a los padres incautos con sus hijos preguntándoles qué es su hijo de cinco años: ¿niño? ¿niña? binario?

Muerte por todas partes, pero la culpa es de los cuentos de hadas que son tóxicos. ¡El amor de los cuentos de hadas es tóxico!

Y ni siquiera se plantean que podrían estar asesinando realidades paralelas que invitan a la sanación álmica y de corazón como lo hacen los mundos de las hadas. Porque si alguien puede sanar de verdad...les aseguro que es un hada.

Y las hadas, así como los gnomos, sanan a través de los cuentos que son sus realidades, pero que también pueden ser las nuestras. Pero el MAL ha impregnado tanto nuestra mente, nuestro cuerpo, y lo peor de todo, nuestro corazón, que no podemos acceder a ningún cuento. Y créanme cuando les digo que los puentes han sido quemados para que eso no ocurra. Porque hemos sido nosotros los que hemos aceptado que el amor de los cuentos de hadas es tóxico. Y si es tóxico..."todo lo demás" será lo saludable.

Los cuentos eran y son los puentes donde ciertas realidades que nos pertenecen aparecen y nos salvan de lo que nos está enfermando, matando o confundiendo. 

A día de hoy, cada ser humano "cree" que poner a prueba de cualquier manera a cualquier otro ser humano por el cual sienta atracción o conexión emocional o espiritual es lo normal. Y en ese poner a prueba que ha aceptado todo el mundo sin rechistar perdemos la magia del verdadero conocimiento que es el sentir, el reconocer, la inocencia pura que te guía sin especialistas de por medio. 

Un ser que ama es un ser desnudo. Un ser tan desnudo que espanta al que tiene enfrente. Y a todos.

Y a los seres desnudos, el MAL los tiene muy fichados. Y tal vez, les mande las peores "pruebas" del mundo para destruir sus seres más verdaderos. Porque no hay nada más peligroso en esta vida artificial, que dos seres que se amen de verdad. No existe nada más peligroso que ello. Porque el MAL sí sabe que los cuentos de hadas no son lo tóxico. Son la libertad y la liberación en sí misma. Y seguimos aceptando mentiras y mentiras y las aceptamos como verdad...

No hablen del amor cuando lo único que conocen es este mundo. 

Y dejen a las hadas y los cuentos ser lo que son: los mensajes angelicales de Dios a través de una rendija del espacio-tiempo.




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