Las mujeres que apoyan la barbarie
Las mujeres que apoyan la barbarie son las mujeres que más aplauden las masas.
Las mujeres que apoyan la barbarie son aquellas que saben que sus hermanas han sido violadas y castigadas de maneras brutales en su propia familia, tal vez más que ellas lo fueron, permitiendo lobotomías infernales debido a pérdidas de memoria gracias al abuso continuado psicológico y físico, y la negación continua por parte del colectivo familiar a destruir la memoria de la mujer destruída.
Las mujeres que apoyan la barbarie cometen tantas injusticias y atrocidades que permiten que sus hermanas destruídas físicamente y mentalmente sean el foco de las masas para crear proyectos nuevos donde las barbaries cometidas dentro del núcleo familiar no sean vistas. Ni conocidas. Y creamos Olimpiadas para discapacitados. Los mismos que hemos violentado en nuestro propio núcleo familiar, pero que hemos de cuidar frente a las masas ciegas y estúpidas dándonos medallas que no nos corresponden. Realizando el daño más inmenso a un ser de LUZ y utilizándolo frente a todos diciendo que: somos los buenos de la película.
Las mujeres que apoyan la barbarie han sido tan abusadas que se convirtieron en los verdugos que siempre odiaron. Y que siempre quisieron superar. En poder, en atención social, en CONTROL. Control para no sufrir todo lo que hemos sufrido gracias a esos verdugos. Y algunas mujeres eligen dañar y borrar la memoria de las olvidadas y destruídas. Y nadie dice nada porque a nadie le importa la verdad...sólo quieren el teatro y lo superfluo donde no se tenga que sufrir más de la cuenta.
Pero las mujeres que apoyan la barbarie, no todas son víctimas. Muchas eligen y eligen ser lo que el MAL siempre quiso que fueran: instrumentos que decidieran la perfección de la imagen social y la putrefacción del espíritu en lo privado.
Las mujeres que apoyan la barbarie son los brazos de los hombres bárbaros. Y en ocasiones, sus voceras. Las que dan voz a lo esperpéntico y las que quitan la voz a lo verdadero: al espíritu, al SER, a lo divino.
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