viernes, 9 de septiembre de 2022

La tristeza de un mundo que no despierta

 Mientras las masas inertes y sedadas son manejadas como los débiles juncos en los ríos que van flotando donde se les lleve la corriente, millones de seres humanos sucumbieron en los incisivos depredadores bajo gritos que no se escuchaban.

Mientras las masas aplauden y lloran, y lloran porque tienen que llorar mucho aunque no sepan por qué lo hacen, esa que tanto observan en una pantalla fue vil caníbal de bebés indígenas, mujeres jóvenes, niños, niñas, animales (como lo hacemos todos o hemos hecho todos con ellos), hombres, humanos que no servimos para nada. Sólo para alimentar a las bestias que desean dominarlo todo bajo cualquier precio. No hay precios para ellos. Todos se pagan.

Lo destruyen todo. Absolutamente todo. 

Mientras las masas dirigen su atención a uno de los grandes depredadores de niños desaparecidos del mundo y asesinados y comidos entre bambalinas... me pregunto: ¿es el despertar de las masas una ilusión también?

Mientras escucho a los peleles de las televisiones mundiales lamer botas rojas que llevan la sangre, literal, de inocentes en ellas... me pregunto si ellos también serán de los que toman ingestas humanas cada dos semanas para que sus rostros reales no sean revelados. 

Vivo en la tristeza de un mundo que no despierta... y no despertará jamás.

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Por sus frutos...

  "Es increíble y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales"            ...