Tú no puedes controlar a Dios

 El monopolio de la verdad NO es la verdad. Si la verdad puede ser controlada, no es verdad.

La verdad traspasa los muros de la muerte, el sacrificio humano y la tortura más despiadada contra cualquier hombre. La verdad no puede ser pisoteada, escupida, vejada, humillada o sustituida por muñecos sin el núcleo de Dios dentro de ellos. La verdad está más allá de lo que puedes soportar ensangrentado y acabado. La verdad no puede ser invisible porque es lo único que existe, lo único que verdaderamente espanta. Y si la sometes, te cogerá del pie para que te arrodilles ante ella. Y te prometo que lo hará.

La verdad no puede ser copiada ni imitada porque la verdad sigue siendo UNA.

Da igual cuántas veces la mates o creas que la estás matando, porque seguirá viva ya que no tiene huesos ni sangre. 

Hasta los demonios reconocen a la verdad y salen despavoridos como niños pidiendo un milagro para su redención. 

Monopolizar la verdad es lo que ha hecho a la Humanidad esclava. Uno no se prepara para la verdad porque no puedes prepararte ante ella, es grande, gigantesca, sobrehumana. Te traspasa el pecho como si fuera una espada de justicia y equilibrio espiritual que jamás has vivido siendo un simple humano. La verdad es un milagro que no puede cogerse con las manos ni con la mente, sólo puede sentirse si eliges a Dios en tu corazón. Porque lo único, y escúchame bien, lo único que hace soportable la verdad es...Dios. Porque aquel que elige la verdad, decide vivir en Dios y con Dios. 

Sacrifíquenme cuántas veces PUEDAN porque Dios me está entrenando de tal forma que el miedo me va a tener que tener miedo. No hay otra salida. Porque no hay salida, excepto con la VERDAD en tu corazón.

Ponerme en el último eslabón humano, en la última fila, porque estaré abriendo todas las alas que Dios me brinda para llevar conmigo a toda la Humanidad en mí. Hacedme invisible al mundo porque seguiré siendo quién soy, incluso sin nombre, sin nada que llevar en la maleta, sin amor recibido o esperado...

pero sabed como dijo el maestro:

"Los últimos serán los primeros".

Gracias por darme el ticket del cine al lado de la puerta de entrada al mismo.