Dejen a los muertos...
Dejen a los muertos en paz. Dejen que duerman en prados apacibles y amaneceres eternos. No utilicen sus nombres ni sus rostros. Dejen en paz a los muertos. Ya caminaron el puente tembloroso de esta dimensión. No retengan a sus seres amados. Déjenlos partir. Déjense en paz a ustedes mismos. Dejen a los muertos en paz y no manipulen sus esencias. Déjenlas puras, en la niñez, en las camas llenas de rosas, en los logros pequeños y brillantes, en las bodas secretas, en los ojos de Dios en los montes, en las lágrimas románticas de las estrellas en la noche... Dejen a los muertos bien muertos y no hablen de ellos nunca más. Porque ellos ya no estarán allí cuando traten de sostenerlos. No aceptarán sus argucias, sus estupideces y sus poderes materiales. Dejen que los muertos regresen a Dios. No les pidan nada ni les exijan nada. No utilicen su sangre o su adn para mantenerlos atados a la ignonimia humana. Paren de clonar y creer que los seres humanos se repiten como los...