Encender la televisión, para los que no la vemos, es un peligro. Un absoluto peligro. Porque cuanto más desconectado estás de la programación "ovejera", más eres consciente del alimento que te llevas. Internet es casi lo mismo, pero en él puedes elegir o tienes más opción de "programa". Ayer por la noche, me encontré con uno de los programas colectivos más enganchados al drama y al drenaje de energía de miedo, odio, ira, inseguridades, vómitos y basura emocional. Y de vez en cuando, un poco de humor y humanidad por parte de algunos seres humanos que aparecen en él. Antes que nada quiero decir que si con esta PLANDEMIA no ha quedado claro en qué posición de irrelevancia social han quedado los profesionales de la salud mental, no va a quedar claro nunca para quién trabajan la mayoría. Y para qué. Dicho esto, no sé a qué esperan los posibles profesionales de la salud mental que tengan tiempo y espacio para desconectar de su vida diaria y vean un poco de televisión p...